sábado, 9 de abril de 2011

Como Una Piedra En El Ojo

Cosas inconclusas... eso es lo que es este escrito, hace meses de esta experiencia e ideas, fui elaborándolo al cabo de algunas observaciones y momentos de inspiración pero llevo mucho tiempo sin "pulirlo", corregir algunos puntos y agregar algunos otros, a final de cuentas lo publico sin revisiones, tal y como se encontraba, sin terminar ni revisar, ya no recuerdo que tanto contenido tiene pero en fin... como dice el dicho "menos da una piedra"

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Y de nuevo divagando un poco risiblemente surgió esta frase "Como una piedra en el ojo". Seguramente en más de una ocasión has escuchado o dicho mientras te encuentras furioso "blablablabla... es como una piedra en el zapato" lo que da a entender que una situación o persona resultan molestas e incluso pueden llegar a ser tortuosos y lesivos con el paso del tiempo si no prestamos atención en ciertos "detalles". Pues bien, intentando analizar la frase y situación tendríamos los siguientes elementos sin orden de importancia:

-La piedra = Esa "cosa" molesta y jodona pero resulta casi imposible no verlas en cualquier camino, incluso hay caminos que están formados casi en su totalidad por piedras.
-El camino = Para este caso lo definiremos como el tiempo que ha pasado en que comenzaste a caminar y este preciso momento.
-El zapato = Objeto al que nos hemos acostumbrado para caminar y que resulta casi necesario cuando lo hacemos sobre superficies "incómodas", ¿dónde quedó el ir descalzo?
-Pies = Claro que son una parte importante de nuestro cuerpo y que en muchas ocasiones no se les presta la atención debida, mientras sigan funcionando ¿qué más da?... además sin ellos los zapatos no tendrían sentido.
-Caminar = Si, ese acto que nos hace utilizar los pies para trasladarnos de un lugar a otro para adquirir experiencia y blablablalba

Tenemos que esa piedra nos está jodiendo mientras caminamos, que desde esta perspectiva resulta vital ya que suponemos vamos hacia un lugar agradable para nosotros, pero ¿qué hacer cuando nos encontramos con una piedra en el zapato?:

  • Detenernos, quitarnos por un momento el zapato y expulsar esa jodida piedra
Esto implicaría que nos hemos percatado de esa molestia y que no estamos dispuestos a pasar más tiempo con ella, valoramos el poder caminar cómodamente y nos evitamos problemas posteriores.

  • Acostumbrarnos a caminar sin zapatos por un tiempo, a final de cuentas se pueden reponer.
Sabemos que puede resultarnos difícil, nos costara dar el primer paso y nos sentiremos extraños sin ellos pero cuando notemos que es mejor a seguir soportando aquella piedra comprenderemos que de podemos obtener otro par de zapatos, inclusive pueden llegar a ser más cómodos que esos zapatos viejos con piedras.

  • Rayando en las malas opciones tendríamos el pedirle a alguien que nos quite el zapato.
En ocasiones resulta muy sencillo pedirle a otra persona que realice cierta actividad por nosotros y nos sentimos aliviados por ello, pero cuando se trata de una situación relativamente sencilla de la cual no nos creemos capaces comenzamos a desconfiar de nosotros mismos y acudimos a los demás, no es que esto sea "malo" pero puede generar ese vicio y terminaremos pidiendo ayuda de manera más habitual e innecesaria puesto que comenzamos a generar cierta dependencia. Por ello es importante analizar las situaciones para poder tener múltiples opciones. Y puedo seguir hablando sobre esto pero no compliquemos más las cosas y centrémonos en el tema.

  • Probablemente en el peor de los casos seguiremos caminando con la piedra esperando a que se salga por si misma o hasta que haga una herida profunda en el pie que puede llegar a infectarse y nos amputen el pie... lo que ocurra primero (me gusta ser fatalista)
Porque se nos ha vuelto costumbre sentir esa piedra y tenemos la creencia de que por si misma saldrá, que puede llegar a ser posible pero estaríamos complicándonos solos demasiadas cosas, incluso podemos llegar a  sentir algo de afecto por todo ese tiempo que la piedra ha pasado con nosotros pero qué demonios, hay personas que son masoquistas y ya.

Creo que esto lo hemos concebido alguna vez y hasta aquí todo normal, sin embargo hay un punto importante en el que debemos detenernos, puede haber diversos motivos por los cuales esa piedra terminó en el zapato pero sólo hay uno para dejar que esa piedra permanezca en ese sitio "permitirlo", nuestra "pasividad" o siendo algo agresivos... nuestra incompetencia. En todo caso cualquier decisión es respetable pero es importante tener en cuenta que para una misma situación se presentan distintas opciones y hay que considerar por lo menos algunas para poder tomar una buena decisión.

En conclusión tendríamos que la expresión "Como una piedra en el zapato" podemos utilizarla para las situaciones que nos molestan pero de las cuales tenemos varias alternativas para solucionarlas pero dichas alternativas dependen de nuestra acción.

Demonios, esto se va haciendo más extenso, pero continuemos que el título es otro y tiene un porque.... resulta ser que me encontraba "caminando"con destino casa, había pasado la tarde con una amiga y como buen amigo la había acompañado a su destino lo más que pude... en el camino de regreso feliz me encontraba después de haber tenido una buena tarde, aunque caminar por periférico no es el mejor paisaje a un automóvil se le ocurrió mejorar mi concepto de "mejor paisaje" pasando por un montón de tierra y levantando algo más que polvo, como bien sabemos el cuerpo tiene esa capacidad de protegerse y más en puntos tan delicados e importantes como son los ojos, pensé que el polvo ya  había pasado y como no percibí peligro alguno abrí los ojos sólo para recibir alegremente en el ojo izquierdo una perdida piedra que fue a dar dentro del párpado... maldije mentalmente todo lo que pude, pero no era la primera vez que algo similar ocurría. La solución, pensé yo, era fácil, detener el párpado con una mano e intentar arrastrar esa piedra molesta hasta que saliera de ahí, varios intentos en vano hice. Pensando en opciones recordé la que viene en los envases de jabón "en caso de contacto con los ojos lave con abundante agua" pero me encontraba a 10 minutos desistí unos instantes y seguí caminando cubriéndome el ojo como buen timo de pirata.

Entré a casa llorando de un ojo pero feliz... extraña imagen creo que proyecte cuando llegué pero mi prioridad estaba ya establecida... después de 15 minutos enjuagando el ojo nada conseguí, la jodida piedra seguía donde mismo molestando tranquilamente sin hacer nada, sólo estando ahí. Pasé a tomar medidas más drásticas, le pedí a mi padre que soplará al párpado mientras lo levantaba, no sé qué demonios vio mi padre en el ojo pero soplaba demasiado fuerte que molestaba más que la jodida piedra pero a final de cuentas.... de nada había servido, bueno sólo para irritarme más el ojo. Intentando ahora aliviar la molestia doble de la piedra y el aire no me quedó más remedio que acudir a las clásicas gotas para los ojos, no sólo son clásicas sino también inútiles porque tampoco ayudaron.

El tiempo comenzaba a jugar en mi contra, había quedado de verme con mi mejor amiga a las 6 y faltaba una hora, todo mundo me conoce por "puntual" así que hice uso de esa "buena" fama, decidí recostarme un rato esperando que la jodida piedra saliera del párpado y dejara de lastimar el ojo. Dieron las 6:30 y mi amiga me recibió un poco molesta por llegar tarde... y con una piedra en el ojo, pero al menos el tiempo que pasé con ella el dolor se minimizo; incluso al acompañarla a la tienda la señora encargada muy amablemente me regaño por tallarme el ojo y me ofreció más gotas para los ojos, total ya estaba resignado, así que las acepte las "3 míseras gotas" que quedaban de buena manera.

Pasaban de las 10 y era hora de regresar a mi casa, el sueño, las prisas y la mala memoria se habían encargado de hacerme salir sin chamarra así que a mi buena amiga piedra se le había unido una vieja amiga de desvelos llamada "frio", podía seguir caminando pero el dolor surgió nuevamente de manera aguda; si antes podía soportarlo haciendo un poco de presión, ahora bastaba cualquier movimiento del ojo para que el dolor se desencadenara, resulta que soy muy curioso mientras camino, intento observar detalles que hacen distinto el mismo recorrido, también soy paranoico por lo tanto volteo constantemente hacia todos lados; en efecto no podía dejar de mover los ojos... así fue la situación durante los 40 minutos en que llegue a mi destino aunque el precio de mis obsesiones fue relativamente bajo, un dolor de cabeza después de tanto batallar y estresarme con mi amiga piedra fue lo menos que podía esperar. Afortunadamente el día estaba por terminar, lo único que faltaba era dormir, cosa que pude hacer después de 20 minutos de pelearme con la misma posición intentando estar cómodo.

Ahora imagina, acabas de despertar después de haber tenido por más de 7 horas una jodida piedra en el ojo... ¿Cuál seria tu temor?... en efecto, que la piedra siguiera en el mismo lugar, la irracionalidad me hizo palpar el parpado intentando darme cuenta si ese pequeño huésped indeseado permanecía hospedado en el mismo sitio, parecía ser que no era así pero al intentar voltearme comencé a dudarlo, ¿aún seguía? La desesperación comenzó a jugar un poco con mi mente pero afortunadamente no se desbordó. Si el lagrimeo del ojo había creado una especie de lagañas que me impedian abrirlo ... creí era buena señal, es lo genial de la razón, comienza a darte pistas del como pueden ser las cosas, claudicando un poco iba retirando poco a poco las lagañas... no imaginas el alivio y la satisfacción del saber que esa jodida molesta piedra se había ido, esperando yo... a dar lata a otra persona más, en especial al conductor que después de todo me puso a pensar.

Tantas divagaciones y un sin fin de sinsentido me han traído hasta aquí, porque si bien hay días en los que parece nada salir bien hay momentos en los que vale la pena ponerse a intentar llevar a cabo ese verbo tan escaso en este tiempo... si mal no recuerdo se llama "pensar", que si bien no ocurre en la intemporalidad   ayuda para dar pasos más firmes y avanzar trayectos más largos en los que se puede llegar a tropezar pero sin caer. Pero a lo que va todo esto es a diferenciar otro tipo de situación completamente distinta a las que se ven "como una piedra en el zapato" de las cuales ya hablamos. En el transcurrir de este lapso de tiempo que solemos llamar vida hay situaciones o personas con las que nos "enganchamos", aveces de manera desproporcionada... que entran en nuestros ojos y se convierten en esa piedra que si bien nos permite caminar, al mismo tiempo nubla cualquier sendero, haciéndonos crear un campo con miedos, incertidumbres y obsesiones.

Cuando nos encontramos en una situación llamada "como una piedra en el ojo" 

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